viernes, 17 de febrero de 2012

XCAR “El Richal, Soltero y Metalero”

(Editorial Cornoque)

Muchos heavies somos aficionados a los cómics, aunque también es cierto que hay una gran cantidad de rockeros a quienes que el noveno arte no les dice nada. Un Mortadelo muy de tarde en tarde, y como mucho. Pero ni los lectores casuales ni los expertos en tebeos pueden dejar pasar esta genial obra protagonizada por uno de los heavies más auténticos del mundo. Lamentablemente, también es uno de los más idiotas, pero no se puede pedir todo. De momento ya van tres álbumes publicados con las catastróficas aventuras de este desastre con pelos, y esperamos que Xcar, su guionista y dibujante, no tarde mucho en editar el cuarto.
El Richal, que es como se llama este esperpéntico personaje, no tiene límites en su amor por el metal. Jamás sale a la calle sin sus elásticos rojos, su cinturón de balas o su camiseta de rejilla. Ferviente devoto de Odín, sólo bebe cerveza en cuerno vikingo. También lleva años embarcado en una poco productiva carrera por los escenarios, en la que se limita a tocar en directo clásicos de Barón Rojo y Obús. Por desgracia, aún no se ha dado cuenta de lo mal que quedan estas canciones con el único acompañamiento instrumental de un bajo. Entre eso, y sus limitadas aptitudes como músico y vocalista, sus conciertos son una soberana castaña y su poder de convocatoria bastante escaso. Pero esas minucias no detienen a nuestro héroe, cuya vida gira en torno al metal. Es capaz de pagar mil euros por las botas de Genne Simmons. Cada aniversario de la muerte de Bonn Scott, se desplaza a Australia para peregrinar a su tumba. Antes de viajar al Valhalla, Ronnie James Dio había pedido una orden de alejamiento después de ponerle diez denuncias por acoso…

Y podemos poner más y más ejemplos. No es que Xcar se burle de los heavies, todo lo contrario. Más bien se pitorrea de los poquísimos que son capaces de tomarse en serio las majaderías de gente como Manowar. En realidad, muchos de los gags que jalonan las viñetas de Richal sólo pueden ser entendidos por los aficionados a nuestra música y por nadie más. Se nota bastante que los chistes sólo pueden ser ideados por alguien que conozca muy bien el mundillo desde dentro. Quien se sienta ofendido por las andanzas de Richal, es porque es tan tonto como él.
Como hemos dicho, de este simpático a la vez que bobo personaje de la Editorial Cornoque (conocida por ser la editora de la revista “Malavida”) van publicados tres volúmenes, todos bajo la denominación común “El Richal Soltero y Metalero”. El primero carece de título específico, el segundo es “¡Siente El Poder Del Metal!” y el tercero y último “¡Volumen Brutal!”. Todos los álbumes vienen estructurados en una sucesión de relatos autoconclusivos, que oscilan entre las dos y las 20 páginas. Aunque hay cierta continuidad y según avanza la vida de Richal va recordando aventuras anteriores, cada tomo se puede leer independientemente de los otros. Quizá lo más destacable del talento de Xcar (auxiliado en los colores por Revuelta) es la naturalidad con la que mezcla en las historias personajes reales e imaginarios. No tiene empacho alguno en juntar dioses mitológicos, personas de carne y hueso normales, y grandes estrellas del rock, tanto vivas como muertas que aparecen en forma de fantasmas. Para alguien desprovisto de la genialidad de Xcar el conjunto sería un barbaridad infumable, pero él se las arregla para que el disparate encaje a la perfección y que todo resulte tremendamente gracioso.
Por las páginas de Richal veremos desfilar a Genne Simmons, a Bonn Scott, a Sid Vicious, a Kurt Cobain, a Odín y a su hijo Thor, a Carlos De Castro, a los Manowar, a Alice Cooper, a Dio, a los Poison… Junto a otros personajes de la Editorial Cornoque, como Marquitos y Maritere (que resultan ser tíos del protagonista), Los Héroes Del Ruido (algún día hablaremos también de ellos) o Carlos Broncas. Por si no fuera bastante, también intervienen en las historias otros dibujantes de la editorial, como Kalitos o Chefo, quien “casualmente” es el mánager del desastroso héroe. El propio Xcar se mezcla en las viñetas con su propia creación, aunque, evidentemente, es algo que sólo puede percibir quien conozca al autor físicamente. De toda esta amalgama sale un cóctel incalificable, pero que podríamos intentar aproximarnos en su definición como desternillante, o más bien descojonante, que ningún auténtico metalero del planeta Tierra se puede perder.
Nacho Jordán